Luis Felipe de la Cruz Palomino

La Facultad de Veterinaria y la Fundación Rof Codina

Cuando recibí la invitación para participar en el libro homenaje de Francisco Cacharro Pardo sentí un gran honor por la estrecha relación profesional que tuve con él durante más de 20 años. En marzo de 1986 me incorporé a la Universidad de Santiago desde la Universidad Complutense, y al poco tiempo fui elegido decano de la Facultad de Veterinaria, coincidiendo con la realización de las obras de la nueva Facultad.

En los primeros años colaboré estrechamente con él como Presidente de la Diputación y con los técnicos que dirigían las obras de las nuevas edificaciones, con una visión novedosa de pabellones separados y de un gran aulario, como el modelo elegido por su interés, eficacia y utilidad para la docencia teórica y práctica y la investigación en la Facultad. La realización de este gran proyecto universitario no estuvo libre de obstáculos, aquí demostró su capacidad y buen hacer el Presidente, para solventar los problemas y alcanzar el objetivo de comenzar el Campus de Lugo.

Más tarde, se abordaron distintos aspectos de la gestión y organización de un elemento clave para una buena formación clínica de los veterinarios, como es el Hospital Clínico Universitario. En este periodo fui requerido por la presidencia de la Diputación, por mi experiencia universitaria en EEUU y como miembro del Comité Ejecutivo de la EAEVE. En aquel momento tuve el privilegio de participar para exponer y comentar mi visión sobre la institución del Hospital Veterinario Universitario y su modelo de gestión.

El año 1994 se aprobó la constitución de la Fundación Rof Codina como Institución responsable de la gestión del Hospital Veterinario Universitario. El nuevo ente estaba formado por varios patronos y un convenio con la USC tutelado por la Comisión de Seguimiento para la organización docente e investigadora. El papel de Francisco Cacharro Pardo fue fundamental para estimular y aunar voluntades de las distintas instituciones locales, provinciales y autonómicas, aportando los fondos necesarios para su funcionamiento y otros para equipamiento, como todos recordamos y está bien documentado en los archivos de las instituciones públicas.

En el año 1998 soy propuesto por el Presidente de la Diputación como Gerente de la Fundación Rof Codina y para organizar el Hospital Veterinario Universitario, con una adecuación más docente e investigadora y mayor simbiosis con la universidad. Aunque el cargo suponía un gran reto y responsabilidad, conté siempre con su apoyo, y la confianza como gran impulsor de la actividad universitaria y la formación de la juventud.

La figura de Francisco Cacharro Pardo fue fundamental en los proyectos de la Facultad de Veterinaria, la Fundación Rof Codina, el Hospital y el Campus. Siempre estuvo dispuesto a apoyar la obtención de los medios necesarios para alcanzar prestigio docente e investigador, y así poder servir a la sociedad en la cual estaba integrada. Esta amplia visión de la formación universitaria hizo gestionar y alcanzar acuerdos institucionales para la obtención de fondos, así como otros medios de la Diputación, como la Granja de Gayoso Castro, muy necesaria para las prácticas clínicas. Otros aspectos de su apoyo fueron la realización de reuniones científicas, congresos, conferencias y becas, y el contacto cercano y continuo con el Campus y el deseo de aportar elementos para conseguir la excelencia como se ha demostrado recientemente. Las publicaciones de los 25 años de la Facultad y los 20 años de la Fundación Codina han mostrado los resultados, se han alcanzado los objetivos de excelencia y la buena formación de nuestros graduados que están repartidos por todo el mundo.

Para finalizar, pensando en las nuevas necesidades por los cambios sociales y formativos, hubo un gran apoyo para conseguir los fondos necesarios para la construcción del CEBIOVET, la obra que completaba el aspecto fundamental de la investigación con un respeto absoluto y normativo del bienestar animal y la docencia e investigación.

Todo lo expuesto en estas líneas tiene una perspectiva temporal, empezó hace años, la persona de Francisco Cacharro Pardo y lo que representaba tuvieron una gran influencia en las decisiones que se están viendo cómo fundamentales y necesarias para el progreso y las perspectivas que tiene el Campus de Lugo o Campus Terra.