Mª. Luz Abella García

Francisco Cacharro Pardo

Era septiembre de 1974, creo que el día 16, cuando conocí a Don Francisco Cacharro Pardo, y desde ese día fue Paco.

Juntos tomamos posesión, él como Inspector Jefe en Lugo y Mª Eudoxia Sanz López (Maridosi) y yo como inspectoras; comenzábamos nuestra vida profesional y teníamos un buen maestro.

La plantilla de la Inspección de Lugo era de 15 (sigue siendo) y los citados más arriba la formábamos durante, más o menos, dos años. Cuando llegó Manuela López Besteiro (Manolita), ¡ya éramos 4!

Es importante recordar que se estaba implantando la Ley General de Educación de 1970 (la de la EGB, BUP y COU), para mí una gran Ley. Significó un cambio radical de la educación en España, obligatoria y gratuita de 6 a 14 años. Sustituía a la Ley de 1945, de escuelas mixtas (para maestras) y/o unitarias de niñas (maestras) o de niños (maestros), en Lugo en torno a 900; se implanta con esta Ley la coeducación en todos los niveles educativos. Se crearon los colegios de EGB a través de un proceso de concentraciones escolares. Se implementaron servicios complementarios: transporte escolar y comedor. Este proceso, con los medios de comunicación de aquella época, carreteras, pistas y similares, visto desde hoy, parece de la Prehistoria. Pero teníamos a Paco, que conocía TODA la provincia y lo usábamos como “NAVEGADOR” y como MAPA. Jamás fallaba.

La reforma generó multitud de decretos, órdenes ministeriales, circulares, etc. Toda la normativa afectaba a alumnos, profesores, padres, centros… a toda la sociedad.

Nuestro horario de trabajo era “elástico”, mañanas, tardes y mañanas del sábado.

A pesar de la diseminación de Centros, manteníamos bastante relación y contacto con los maestros, reuniones, visitas, cursos, etc. “Editábamos” con multicopista dos boletines al curso (comienzo y final). Nos distribuíamos los temas o asuntos, eran tiempos de mucha normativa nueva, que afectaba a todos los centros y alumnos…

La relación entre nosotros, primero los 3, después los 4, era de confianza, amistad y un gran respeto. Esto facilitaba que tuviésemos más o menos conocimiento de las circunstancias de todos los centros de tal forma que el compañero de guardia podría recibir y atender a profesores y padres, informando de ello al compañero titular del centro.

En torno al año 80 llegaron dos nuevos compañeros, Javier González Rajo y Pedro Palomares, poco a poco la plantilla se iba ampliando. La relación, con dos compañeros más, se enriqueció y marcó un estilo, estilo que viví hasta mi jubilación.

Éramos jóvenes, teníamos ilusión y mucho trabajo que hacer, pero lo pasábamos bien. Paco era rápido en las respuestas, muy lógico, práctico y muy simpático.

Echando la vista atrás, y en ese sentido, recuerdo la llegada de Dª Enriqueta Otero. El Ministerio de Educación le concedió el reingreso en la provincia de Lugo, y a “disposición de la Inspección”. Paco encontró la tarea para Dª Enriqueta, que satisfizo a todos.

D. Francisco Cacharro Pardo, fue un gran inspector jefe y un muy buen compañero.