En Televisión Lugo, Tonina Gay preguntáballe a Paco Cacharro pola súa dedicación ao mundo do ensino -Profesor de Maxisterio, Inspector, Inspector Xefe, Conselleiro de Educación na Xunta de Galicia…-, supoñendo que se trataba dos mellores anos por ser os da mocidade, de madurez, e tamén por realización profesional. Respostaba Paco:
Foron uns anos bastante complicados porque eu exercín como mestre en Monforte, xunto a Villafranca, e aquí en Paradavella, Fonsagrada e mentres, fun facendo os estudios por libre e preparando as oposicións, e unha vez terminada a licenciatura fun profesor na Escola de Maxisterio, e despois fixen as oposicións a Inspección. É dicir, que son anos que non son dunha vida fácil, unha vida de traballo, loxicamente, pero que ao final hai a satisfacción de ir superando as dificultades e ir conseguindo os obxectivos que un se propuxo.
José Antonio Labrada Losada fala sobre esta época da vida de Paco Cacharro:
A comienzos de la década de los setenta se incorporó a la Delegación Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia en Lugo como inspector de Enseñanza Primaria, donde permaneció hasta principios de los años ochenta, cuando fue nombrado Conselleiro de Educación y Ordenación de la Xunta de Galicia.
Desde su llegada a la Delegación supo ganarse el respeto y cariño de los funcionarios que estábamos destinados en la misma, merced a su sencillez y trato directo y próximo con todos nosotros.
Su actuación en la Inspección fue fundamental y decisiva, primero como inspector y después como inspector jefe, para la implantación de la Ley General de Educación de Villar Palasí. Como la aplicación de dicha Ley contemplaba la creación de concentraciones escolares, con servicios como el transporte escolar, exigía la planificación de rutas para recoger al alumnado en los lugares más próximos a sus domicilios. Estas rutas eran propuestas a la Delegación por la Inspección de Enseñanza Primaria.
La plantilla de la Inspección en aquellas fechas era muy reducida, obligando a sus miembros a desplazarse por toda la provincia, lo que propició que Francisco Cacharro conociese los rincones más remotos de nuestra tierra y a sus gentes, sirviéndole, años más tarde, para, desde la Diputación Provincial, programar y ejecutar toda una red provincial de comunicaciones.
Segundo Mari Luz Abella:
Es importante recordar que se estaba implantando la Ley General de Educación de 1970 (la de la EGB, BUP y COU), para mí una gran Ley. Significó un cambio radical de la educación en España, obligatoria y gratuita de 6 a 14 años. Sustituía a la Ley de 1945, de escuelas mixtas (para maestras) y/o unitarias de niñas (maestras) o de niños (maestros), en Lugo en torno a 900; se implanta con esta Ley la coeducación en todos los niveles educativos. Se crearon los colegios de EGB a través de un proceso de concentraciones escolares. Se implementaron servicios complementarios: transporte escolar y comedor. Este proceso, con los medios de comunicación de aquella época, carreteras, pistas y similares, visto desde hoy, parece de la Prehistoria. Pero teníamos a Paco, que conocía TODA la provincia y lo usábamos como “NAVEGADOR” y como MAPA. Jamás fallaba.
La reforma generó multitud de decretos, órdenes ministeriales, circulares, etc. Toda la normativa afectaba a alumnos, profesores, padres, centros… a toda la sociedad.
Nesa misma liña exprésase María Eudoxia Sáenz:
Cuando llegamos Mariluz y yo el trabajo era ímprobo. Estábamos solos los tres, y los tres fuimos los que hicimos la mayor parte de las concentraciones de la provincia. No solamente se trataba de las concentraciones escolares, sino también de los comedores y el transporte. El tema se complicaba con la dispersión geográfica, porque en aquella época muchos de los viajes que tenían que hacer los niños para ir a los centros escolares tenían que ser en taxi, porque no entraban allí los autobuses. Poco a poco se fue solucionando lo de las comunicaciones, y la educación pudo llegar a las zonas más alejadas de la provincia. También teníamos a nuestro cargo los cursos de formación del profesorado, ya que con la EGB en los centros escolares, las materias se impartían de forma específica, y había profesores de matemáticas, de lengua, y literatura, inglés… El profesorado tuvo que formarse para ese nuevo tiempo con cursos que íbamos programando nosotros. Trabajábamos mañana, tarde y la mañana de los sábados.